martes, 31 de julio de 2018

El fuego arderá continuamente en el altar

El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará. Levítico 6:13

Arder continuamente es sinónimo de una vida constante, diligente, eficiente y efectiva. Todos los días, cada mañana, cada hora, minuto a minuto, siempre tú y yo podemos vivir esa experiencia. Pero, ¿qué podemos hacer para tener esa clase de vida? ¿Qué nos falta? No conformarnos, tener una experiencia con Dios diariamente y no permitir que el fuego del Espíritu se apague en el altar de nuestro corazón.

Coloca la leña cada día. Inténtalo hoy, y verás como tu día estará lleno de realizaciones, aprenderás a ver la belleza en los detalles insignificantes y a dar gracias a Dios en todo; y frente a los desafíos, por gigantescos que parezcan, éstos no te amedrentarán. 

En el nombre de Jesús, serás capaz de enfrentar tormentas y huracanes, los cuales se someterán a ti y saldrás victorioso, solo asegúrate de que “el fuego del altar de tu corazón arda delante de la Presencia de Dios continuamente”. Bendiciones!!!!

lunes, 30 de julio de 2018

Guía para consolidar tus deudas (3/3)

by Alejandro Fernández W. | Nov 23, 2017 8:50 am
“Una ganga es algo que no puedes usar a un precio que no puedes resistir.”
Franklin P. Jones, periodista y humorista (1908-1980)

Asumamos que se te otorgó el préstamo de consolidación. ¡Te felicito! Seguro sentirás que ya has resuelto todos tus problemas y que se te aprobó un “borrón y cuenta nueva” financiera. ¿Verdad?
De ser así, te equivocas.
Ciertamente, es un paso importante. No me cabe duda de la efectividad de las consolidaciones de deudas para abaratar, simplificar y encarar el endeudamiento. Pero… ¡Ojo! Es solo un primer paso.
Como parte del proceso de unificación, algunas entidades tienen prácticas y exigencias distintas en cuanto al cómo se cancelarán las deudas existentes y si el usuario podrá mantener abiertas sus líneas de crédito, como son las tarjetas.
Conozco de entidades que al momento del desembolso, contactarán a tus acreedores existentes para transferirles, con tu autorización obviamente, los recursos necesarios para saldar sus deudas.
Es importantísimo que no te mantengas debiendo otras deudas más allá de la nueva consolidada. En caso de que te hagan el desembolso de forma directa a tu cuenta, asegúrate de que esos fondos se canalicen para cancelar líos, no para que te metas en alguno nuevo.
Cerciórate también de procurar y archivar de forma segura las cartas de saldo que te deben entregar las entidades a las que les cancelaste pasivos.
En ese mismo sentido, un mes después de cerrar tu operación de consolidación, es conveniente revisar tus historiales de crédito para confirmar que se hayan registrado como pagadas las tarjetas o préstamos que habías unificado.
Ojalá que fortalezcas, desde un primer momento, tu salud financiera de forma integral. A continuación algunas ideas.

¿Qué hacer con los ahorros?

Muchas veces las consolidaciones de deuda producen importantes ahorros, pues se cancelan deudas más caras, como las plásticas, con una sola a una tasa de interés bastante más baja.
Conozco un deudor, cuyos préstamos totalizaban RD$4,100,000 y que luego de consolidarlos, pagaba solo RD$44 mil cuando antes pagaba hasta RD$70 mil todos los meses. ¿Qué hacer con los RD$26 mil en ahorro mensual?
Una primera buena inversión del ahorro es crear, o fortalecer si ya existe, el fondo de emergencia que debe ser la piedra angular de sus finanzas personales.
Me refiero a un “clavito”, cuyo único propósito sea para responder a emergencias o imprevistos reales del hogar.
¿De qué tamaño? Para iniciar, ojalá equivalga a por lo menos un mes de los gastos fijos del hogar incluyendo, eso sí, la cuota del préstamo consolidador.
De presentarse nueva vez en nuestras vidas, ¿volveríamos a resolver con deudas? ¿O con nuestros propios ahorros?
Es una buena idea recordar qué fue lo que nos llevó, inicialmente, a acumular el conjunto de “líos” que consolidamos.
De presentarse nueva vez en nuestras vidas, ¿volveríamos a resolver con deudas? ¿O con nuestros propios ahorros? La idea es que nos “autofinanciemos” y que la deuda bancaria o informal queden solo como un “Plan B” o “Plan C”.
Lo que debemos evitar, a toda costa, es disponer del ahorro para simplemente retomar un ritmo de consumo irresponsable o fuera de nuestro presupuesto.
¿Cómo lograrlo? Mi conocido decidió interiorizar la idea de que él seguiría pagando la misma cuota de antes, pero los RD$26 mil, en vez de pagárselos a los bancos, se los pagaba a sí mismo, por vía de un agresivo y automatizado ahorro programado.
Bien constituido el fondo de emergencia, idealmente de tres a seis meses (dependiendo de cuán volátiles sean los ingresos del hogar), otra opción es invertir en nuestra propia deuda.
En otras palabras, en hacer abonos o pagos extraordinarios al único préstamo que ahora se tiene, para lograr saldarlo antes de tiempo. Créanme: Los ahorros en interés a pagar son cuantiosos.

¿Tijera con las tarjetas de crédito?

El proceso de consolidación debe servir como uno de simplificación. La idea es tener menos compromisos de los cuales  estar pendientes, para poder enfocarnos en dónde más valor creamos.
Si la deuda consolidada se originó por un uso inadecuado del dinero “plástico”, entonces quizás lo ideal sea cancelar todas tarjetas de crédito existentes. Por lo menos hasta que se mejoren los comportamientos y las actitudes financieras.
Toca, sin embargo, cuidar el historial de crédito. En ese sentido, sí es conveniente contar, en adición al préstamo unificador, con una línea o tarjeta de crédito, que dará muestra y fortalecerá la flexibilidad crediticia y, por ende, el “score” o puntaje de crédito del deudor.
Conoce y compara todas las tarjetas de crédito que te ofrece el mercado

Una dieta económica

La consolidación también puede ayudarnos a desintoxicarnos financieramente, igual que como haríamos con una dieta extrema en un proceso de cambio de hábitos en nuestro plan nutricional.
El dinero, mientras más tangiblemente se sienta, más consciente estaremos de tenerlo… y del cómo lo gastamos.
Los estudios lo confirman: Una misma persona, en el mismo sitio y la misma condición, tenderá a gastar mucho más de una misma cantidad de dinero, dependiendo de si dispone de ella por vía de un límite en una plástica tarjeta de crédito a si manejaron los mismitos recursos, pero en billetes en físico.
¿La moraleja? Quizás sea una buena idea, durante las primeras semanas o meses de nuestro “reseteo” financiero, manejarnos con sobres de efectivo o con tarjetas de débito, para tener un mejor dominio y conciencia financiera.

Un nuevo plan financiero

Pasados unos meses de la consolidación, es una buena idea pasar revista a los ahorros que se han logrado, a los activos que se han creado (así sea un solo mes de fondo de emergencia) y a los cambios en nuestros comportamientos y hábitos financieros hasta la fecha.
No se trata, bajo ningún concepto, de llevar la austeridad a lo absurdo. Todo extremo es dañino. Si llevar el nuevo “modus operandi” se torna demasiado traumático o desagradable, se atentará con la sostenibilidad del nuevo “tú” financiero.
Dentro del presupuesto familiar se debe, necesariamente, considerar una parte para el gasto discrecional, de ocio o, como yo le llamo, la “chulería”.
Una forma efectiva para manejar el gasto discrecional es creando una cuenta de ahorro con tarjeta de débito solamente para ese propósito y de la que se pueda disponer sin el más mínimo reparo y con total libertad. Recuerde: “No sólo de ahorro vive el hombre”. ¡Definitivamente!

Doce meses después de firmar

Si el plan funcionó, al cabo de su primer año, el deudor que una vez se ahogaba en sus “líos” financieros, ahora disfrutará de un control de sus finanzas y hasta de una cierta holgura en cuanto a su liquidez.
Se debe seguir construyendo. Ya, en vez de mantener un enfoque exclusivo en pagar la deuda consolidadora, es un buen momento para explorar nuevos y opciones de inversiones, incluyendo las financieras.
La visualización puede ser una herramienta extremadamente poderosa. A esta altura, se acercará el momento en que se puede ir pensando en qué se hará con los recursos que en la actualidad se destinan a pagar préstamos.
En lo que se logra el saldo final, un buen paso a tomar es aprender a invertir nuestros recursos, por ejemplo a través de los puestos de bolsa y también de las administradoras de fondo de inversión.
No se requiere de grandes montos para iniciar ese proceso de educación bursátil. Con a penas RD$10,000 se puede iniciar el camino de aprendizaje y de cambiar la mentalidad de deudor a inversor.
El monto será pequeño inicialmente, pero el propósito de consolidar las deudas desde un inicio es que eventualmente lograrán eliminarse. Logrado esto, no serán pocos los recursos con los que contará nuestro nuevo inversionista.

Un momento para todo bajo el sol

Mi deseo es que cuando se haga el último pago del préstamo consolidador, quede marcado en su vida como su “Día de Independencia Financiera”. Márquelo en su agenda, y ojalá que desde que lo logre y en cada aniversario, aproveche para celebrar con los suyos.

Guía para consolidar tus deudas (2/3)

Guía para consolidar tus deudas (2/3)

by Alejandro Fernández W. | Nov 16, 2017 7:15 am
Antes de dar el paso de consolidar deudas, todo usuario financiero debe responder una pregunta básica: ¿Qué lo llevó a acumular los saldos en tarjetas y otros préstamos que ahora busca unificar?
Una analogía útil en este sentido nos llega desde el campo de la medicina. Las personas con un nivel de sobrepeso excesivo, a veces optan por intervenciones quirúrgicas (como la cirugía bariátrica) para lidiar con su condición.
Ahora bien, antes y después de la intervención, el paciente debe cumplir con una serie de pasos, modificaciones en conductas y hasta en actitudes, de tal manera que no vuelva a la obesidad.
Esto va desde evaluaciones y terapias médicas y psicológicas, cambios en los hábitos y actitudes hacia la alimentación y el ejercicio, entre otros pasos que, si no se llevan acabo resultará sólo en una pérdida de peso efímera y nada sostenible.
Exactamente lo mismo ocurre con el sobreendeudamiento y cómo lo enfrentamos. La consolidación puede ser una herramienta perfecta si, y sólo si, el deudor identifica los gatillos, hábitos o conductas que originaron los “líos”.
De lo contrario, la persona unificará las deudas existentes pero si, por ejemplo, deja las “válvulas” de gasto desordenado abiertas (como los límites de tarjetas de crédito), quizás volverá a acumular nuevos compromisos que, más temprano que tarde, caerán en mora y en una situación de insostenibilidad absoluta.
Por tanto, quien opte por consolidar sus deudas debe, con tranquilidad y seriedad, hacer este ejercicio de introspección y tomar las medidas para mejorar su nivel de salud financiera, tal como delinearemos en la tercera parte de esta serie.

¿Consolidar préstamos en mora?

Ojalá que el deudor haya evitado a toda costa caer en mora, pues esto elevará sus probabilidades de acceder a una operación de consolidación de deudas.

Conoce los préstamos de consolidación de deudas disponibles en el mercado

La mayoría de las entidades que unifican deudas (o “compran cartera”, como también se dice) típicamente buscan deudores con buenos historiales en su comportamiento crediticio.
En el caso de existir moras, será casi que obligatorio proveerle a la entidad un buen garante o garantía tangible (como un título de propiedad o matrícula) para avalar el nuevo préstamo consolidador.

Cómo prepararse para consolidar

Además de mantener todos sus compromisos al día, hay por lo menos cinco medidas que antes de la unificación es recomendable que un deudor ejecute.
Primero: Urge actualizar el inventario de todos los pasivos existentes, con las condiciones (saldos, cuotas y tasas de interés) que tiene cada préstamo, para determinar a cuánto ascenderá la consolidación de deuda.
Segundo: Revisar el historial y “score” de crédito, para asegurarse de que no existen errores materiales y que lo mostrado en los historiales corresponde con la realidad del deudor.
En caso de algún error u omisión, incluso antes de buscar la unificación, se debe enmendar, por la vía ordinaria de reclamación frente al buró de crédito o de quien está reportándole con error.
Tercero: Asumiendo que todo está en orden en el historial, toca también fortalecer la capacidad de pago de quien aspira a consolidar sus deudas.
¿A cuánto ascienden las cuotas mensuales que actualmente se están pagando? ¿Qué representan esos compromisos como por ciento del ingreso mensual del deudor?
De lograrse la unificación, ojalá que con una cuota fija única mucho menor, ¿qué representará del ingreso mensual?
Si esta relación de cuota sobre ingresos es alta (digamos que más del 25%-30%), el deudor debe preparase para buscar una buena estructura de garantías o garantes para lograr la aprobación del préstamo.
En cuanto a la capacidad de pago, es clave también tener los ingresos del deudor o co-deudores bien documentados. El banco consolidador querrá tener evidencia de a cuánto ascienden. ¿Cómo? Con una carta del empleador o, si se es profesional independiente, asegurándose de que todo ingreso sea depositado en una cuenta, cuyos estados mensuales servirán como “evidencia” de actividad económica.
Cuarto: Informarse sobre las condiciones del préstamo consolidador. ¿Cuáles serán los gastos legales, de cierre o por seguros? ¿A qué plazo se tomará el préstamo? Tanto el deudor (buscando una cuota más “llevadera”) como el banco (queriendo cobrar más intereses) tendrán la tentación de que el crédito sea al mayor plazo posible. ¿Qué es lo ideal? Un equilibrio entre la cuota mensual y el interés total a pagarse durante la vida del crédito.
¿El paso más importante? Presupuestar, presupuestar… ¡Presupuestar! Más que para presentárselo al banco, urge que el mismo deudor organice sus entradas y cuantifique (¡y limite!), en papel y en la práctica, sus salidas en cuanto a gastos fijos y gastos discrecionales o “chulerías”.

Guía para consolidar tus deudas

Guía para consolidar tus deudas (1/3)

by Alejandro Fernández W. | Nov 9, 2017 7:22 am
La consolidación de deudas es una de las herramientas más populares para encarar los “líos” que se acumulan por el uso (y abuso) del dinero plástico y otros créditos revolventes de fácil acceso para el usuario.
“Consolidar” no es más que unificar dos o más deudas en una sola. Como las tasas de interés de las deudas a consolidar típicamente son altas, como 60% del dinero plástico o 240% del usurero, hay un ahorro financiero importante que bien podría beneficiar al deudor.
Imaginemos que Ana tiene dos tarjetas con saldos de RD$50 mil cada una y que solo le pague el “mínimo”. Tiene además un compromiso al “módico 20%” de RD$100 mil, al que le paga solo interés.
En su primer año, Ana pagará RD$300 mil en intereses… Es decir, pagará RD$25 mil al mes… ¡Y seguirá debiendo los mismitos RD$200 mil que los generaron!
Alternativamente, la deudora podría acceder a un préstamo al 18% anual para consolidar las tres deudas, combinándolas en un solo pagaré de RD$200 mil.
En vez de pagar RD$25 mil mensual, encarará una cuota, ahora de principal e interés, de RD$18 mil. Si las honra a tiempo, en 12 meses habrá amortizado toda la deuda y en vez de pagar RD$300 mil en intereses, erogará solo RD$20 mil. ¡En total! Un ahorro, en otras palabras, de RD$280 mil en solo un año.
Algunos preguntarán: Tanta belleza… ¿Es posible? Sí, lo es. La consolidación es un producto comúnmente ofertado por las instituciones financieras del país.
Conoce los préstamos de consolidación de deudas disponibles en el mercado
La belleza también puede terminar en una obra de terror, si antes no respondemos una serie de necesarias preguntas, modificamos algunos comportamientos financieros y mejoramos, en general, nuestra relación con las deudas.
Compartiremos en esta guía doce aspectos claves a considerar antes, durante y después de consolidar tus deudas.

Las ventajas de consolidar

Aparte del evidente ahorro en intereses a pagar, transformar una deuda revolvente (que solo abona interés) a una “a plazo”, que amortiza también capital, permite visualizar una fecha máxima en la que se terminará de saldar el pagaré.
La unificación también puede ayudar a organizar al deudor. Ana, en vez de tener tres acreedores con tres fechas de pago potencialmente distintas, ahora simplificará su vida con un solo compromiso.
Cabe decir que el proceso de consolidación, obviamente que dependiendo de la situación del deudor y sus finanzas, es relativamente rápido y sencillo.

Costos y riesgos al unificar deudas

Si el deudor no se prepara como recomendaremos en esta guía, podría estar arriesgando su propia salud financiera y patrimonial, más allá del daño ya hecho.
Como mínimo, al momento de consolidar, un banco exigirá la firma de un contrato con pagaré notarial contrato, seguro que con un aval o garantía específica.
Los beneficios de la consolidación bien podrían justificar formalizar las deudas de esta forma. ¡Siempre y cuando se paguen y honren cabalmente!
En otras palabras, el deudor debe saber que si incumple, ahora está arriesgando no solamente su historial de crédito, sino también las propiedades dadas en garantía y otras, como sus cuentas bancarias.
Atención: El mayor riesgo no es dejar de pagar los compromisos consolidados. Más bien preocupa que se sigan asumiendo nuevos compromisos, quizás porque se mantenga un patrón de consumo desordenado, engendrando una monstruosa “bola de nieve” de deudas.
Ojalá que quien vaya a consolidar sus compromisos no subestime el riesgo de dejarse llevar por la espiral de más consumos y por ende nuevas deudas. Si lo hace, más cara saldrá la sal que el chivo.

¿Existen alternativas a consolidar?

Volvamos a Ana y sus saldos “tarjeteros” de RD$100,000. Si opta por consolidar, al 18% pero a cinco años, pagará una cuota mensual de RD$3 mil y alrededor de RD$53 mil en intereses totales.
Cabe preguntarse si Ana sería capaz de imponerse, por su propia cuenta, durante un año, un plan de austeridad que le permita enfocarse para realizar pagos mensuales de RD$11 mil, obvio que sin hacer nuevos consumos en sus plásticos.
De lograrlo, en vez de asumir una deuda por sesenta meses y comprometer todos sus activos, pagaría solo RD$35 mil en intereses (un ahorro de RD$15 mil comparada con la consolidación).
Claro, no cualquier persona tiene la disciplina y autocontrol que le requerimos a Ana en el ejemplo, pero es válido hacer el análisis. Quizás no para todas las deudas, pero sí para algunas de ellas.
El deudor también podría solicitarle al banco emisor de la tarjeta de crédito que la cancele y ponga la misma en liquidación o bajo un plan de pago.
Aunque bien podría lograrse una reducción significativa en el costo del financiamiento y es, obviamente, preferible a la mora o dejar de pagar, ojalá se evite esta última alternativa. ¿Por qué?
Además de que potencialmente se tendrían que manejar varios planes de pago, dicho cambio implica, en lenguaje bancario, una “reestructuración en las condiciones originalmente pactadas”.
A diferencia de una consolidación programada de deudas, un acuerdo de pago se reflejará negativamente durante un tiempo en el historial del deudor, incluso en su puntaje o “score” de crédito.
Así que mejor una consolidación a un acuerdo de pago, aunque este siempre (¡siempre!) será mejor a una mora.

¿Ahorrar o pagar deudas?

¿Ahorrar o pagar deudas? (1/2)

by Alejandro Fernández W. | Feb 23, 2017 6:31 am
¿Qué hacer? ¿Ahorrar o pagar deudas? ¿Cuál resulta mejor inversión? ¿Siempre o puede variar? ¿Abono mi liquidez a mis deudas? En otras palabras: si debo, ¿valdrá la pena ahorrar? ¿Por qué sí? ¿O por qué no?
Las preguntas son válidas, sobre todo cuando es común que manejemos una “canasta” de productos financieros y podemos tener saldos tanto en nuestras cuentas de ahorro como en nuestras tarjetas de crédito.
Aunque no exista una fórmula o respuesta única, tu decisión debe buscar un punto óptimo entre asegurar cierto nivel de liquidez en tus finanzas (para apoyarte cuando surjan los siempre previsibiles imprevistos) y maximizar el rendimiento de tu dinero en un escenario, como el nuestro, donde las deudas pueden ser particularmente costosas.

Vamos por partes

Casi siempre, tu mejor decisión será abonar a deudas, sobre todo las deudas más costosas (yo les llamo “tóxicas”) como los saldos en tarjetas de crédito, préstamos de consumo y, obviamente, los “líos” con usureros y prestamistas.
Digamos que Gabriela recibió su doble sueldo de RD$100 mil. Por un lado, ella tiene desde hace un tiempo un balance en su “plástico” por ese monto, pero por otro lado ella quisiera aprovechar la oportunidad de hacer su primera aporte a un fondo de inversión que está y estará rindiendo muy bien en el próximo año.
Asumamos que el fondo le rendirá un juguso 10% y recordemos que a la deuda plástica en la actualidad se le aplica una tasa de interés anual del 60%. ¿Qué hacer? ¿Valdrá la pena aprovechar la inversión? ¿Es mejor saldar la deuda?

Los números hablan solos

Si hacemos la inversión, al final del año tendremos los RD$100 mil que invertimos y su primer fruto de RD$10 mil. RD$110 mil en total. Claro, como nos mantuvimos con el saldo en la tarjeta de crédito, durante ese año pagamos RD$60 mil en intereses al banco y seguimos debiendo los RD$100 mil originales.
¿Cuál es el resultado neto? Los RD$100 mil del fondo se netean pues aún se deben RD$100 mil en la tarjeta. Es decir, quedan en cero.
A los RD$10 mil que obtuvimos de retorno del fondo de inversión habría que restarle los RD$60 mil que pagamos en intereses plásticos.

¿Resultado? Durante el año perdimos RD$50 mil.

Ahora bien, ¿y si hubiésemos cancelado desde un inicio el saldo en la tarjeta de crédito? Ciertamente, cerraríamos sin el saldo de los RD$100 mil en el fondo y tampoco nos ganaríamos los RD$10 mil que generarían. Cero ahí.
Pero, pero, pero… La tarjeta de crédito también cerraría en cero y, lo más importante, ¡nos ahorramos los RD$60 mil en intereses pagados por ella!
En este caso, aún aplicado un costo de oportunidad de los RD$10 mil del fondo que no nos ganamos, nuestro resultado neto es un muy positivo RD$50 mil.
Visto de otra forma: ¿por qué limitarte a recibir un rendimiento de un 10% en un instrumento de inversión cuando puedes obtener un 60% en tu propia deuda? Ojo: Si el lío es con un usurero, tu beneficio puede ser 240% (¡y hasta 365%!)

Excepciones a la regla

Aún en el ejemplo anterior, mi recomendación probablemente sería abonar RD$70 mil o RD$80 mil a la deuda plástica, pero resguardar RD$20 mil o RD$30 mil de forma líquida (es decir, que puedas disponer de ese dinero fácilmente) para iniciar la conformación de nuestro “clavito” o fondo de emergencia.
La razón es sencilla: Luce muy bonito cancelar la totalidad de la deuda plástica, pero si luego surgiera alguna necesidad o inconveniente, ausente un “clavito” o ahorro en efectivo, recurriremos (¡nueva vez!) al ciclo de endeudamiento que tan perjudicial puede ser para nuestras finanzas.
En ese caso, es recomendable luego programarse a aplicar, ojalá que de forma automática, cada mes durante el siguiente año, RD$2.5 mil al saldo pendiente de la tarjeta para “limpiarla”, aún sigamos acarreando un todavía alto interés.
Claro: siempre evitando volver a utilizar la tarjeta para que no se vuelvan a generar consumos que terminamos financiando.
Tampoco sería buena idea abonar a deudas “buenas”, como por ejemplo una facilidad de crédito a tasa cero, muy baja o subsidiada, pues en ese caso mejor sería invertir los recursos (¡pero no gastarlos!) en un activo que genere un rendimiento atractivo o superior al interés que nos cuesta el financiamiento.
Como se ve, las finanzas personales no son tan difíciles como puede pensarse inicialmente. Muchas veces somos nosotros mismos que las complicamos, cuando lo cierto es que casi siempre el paso más sencillo, y el más cercano a nosotros, es el mejor que podemos tomar. Piénselo.

¿Qué porcentaje de mi ingreso debo ahorrar?

¿Qué porcentaje de mi ingreso debo ahorrar?

by Annay Mercedes | Jul 23, 2018 11:35 am
Día de pago de nómina. En los cajeros automáticos, las largas filas de empleados/as retirando su dinero. Para unos, un día de alivio; para otros es un dolor de cabeza.
Pagar cuotas de deudas, el alquiler, los servicios y la visita al supermercado son algunos de los pendientes en que se esfumará el salario. ¿Y el ahorro, pa´ cuándo? ¡Quién sabe!
Lo cierto es que para muchos ahorrar no es ni siquiera una posibilidad, por tener ingresos muy limitados. Solo pensemos en un salario mínimo de RD$9,411 frente a la canasta básica RD$13,837 (para el quintil poblacional más bajo, en mayo de 2018).
Pero también están los casos de indisciplina o falta de prioridad del ahorro, que son muy frecuentes, y que no guardan relación con el nivel de ingreso de la gente.
De hecho, a muchas personas con buenos ingresos les resulta “imposible” separar algún porcentaje para ahorro, y los argumentos para justificar esta “imposibilidad” abundan. En estos casos, el desequilibrio financiero por falta de un buen ahorro es perfectamente evitable, pues casi siempre se genera porque estamos haciendo una distribución inadecuada de nuestro salario o ingreso. Estas recomendaciones están dirigidas a quienes tienen este perfil financiero.
Los expertos en finanzas tienen definidas incluso las proporciones que debemos destinar a cada rubro en nuestro presupuesto de gastos.  Familiarizarnos con estas recomendaciones e intentar implementarlas puede ayudarnos a levantar con más rapidez nuestro “clavito” o fondo de emergencias.

¿Cómo saber cuánto debo ahorrar?

Esto va a depender mucho de la situación de cada persona, sus metas, sus prioridades, la finalidad con la que ahorra y, claro, el nivel de compromiso que tiene en cuanto a gastos fijos se refiere. Por ejemplo, un estudiante que trabaje, sin tener mayores compromisos económicos, puede ahorrar, sin problemas, una alta proporción de su salario. Pero alguien con la responsabilidad de un hogar sobre sus hombros tendrá un cuadro mucho más complicado.
Algunos financistas plantean que, de manera generalizada, es recomendable ahorrar en torno al 10% de los ingresos fijos cada mes. Otros proponen un 15% o más.
Lo cierto es que la idoneidad de estos valores es relativa. Estos porcentajes pueden servirnos de parámetros de referencia cuando estamos en proceso de crear el hábito del ahorro o de corregir una conducta financiera de indisciplina; pero a fin de cuentas, la proporción del ingreso que destinemos al ahorro dependerá de nuestra situación particular.
De ahí que podemos tener los casos de dos personas con la misma edad, la misma posición laboral y el mismo salario, pero con diferentes posibilidades de ahorro porque la primera paga renta y servicios, por ejemplo, y la segunda, no.
En casos de mucha estrechez, si empezamos ahorrando al menos un 1% estamos dando un gran paso. Luego, de manera progresiva, se debe ir incrementando la proporción. Click Para Twittear
De hecho, “casarse” con uno de estos números o asumirlo cual si fuera una camisa de fuerza puede ser peligroso. Se corre el riesgo de caer en las trampas de los extremos: ahorrar el 10% del salario aunque tenga que buscar prestado (¡con intereses!) a mitad de mes… o ahorrar el 10% y conformarse con esa proporción pese a que es posible ahorrar aún más.
Visto esto, la siguiente pregunta es cómo definir el monto que debemos ahorrar dadas nuestras situaciones particulares. Aquí es cuando corresponde echarle manos a lápiz y papel y sacar los números de nuestros gastos regulares, si no lo hemos hecho.
Si al sacar cuentas resulta que no queda nada para el ahorro, hay que reestructurar el presupuesto: identificar los rubros en los que se está gastando mucho, en los que se puede gastar menos y en los que se puede dejar de gastar. Hay que establecer prioridades. Hacer los recortes correspondientes nos permitirá conformar la tajada que vamos a ahorrar. En casos de estrechez, quizás no lleguemos a un monto importante con respecto a nuestros ingresos, pero si empezamos con al menos un 1% estamos dando un gran paso. Luego, de manera progresiva, se debe ir incrementando el porcentaje.
Si tras analizar el presupuesto hallamos que “sobra” una proporción del ingreso que se puede ahorrar, es recomendable, igualmente, hacer la depuración de sus gastos y los recortes que sean posibles. Es importante no percibir el ahorro como “lo que sobre del mes”, sino como una partida de nuestro presupuesto con la que debemos estar rigurosamente comprometidos.

El para qué es determinante

A la hora de definir cuánto ahorrar también nos ayudará tener claro para qué estamos ahorrando. El analista financiero Alejandro Fernández W. considera que, en materia de ahorro, la primera meta de todos debe ser un fondo de emergencia, equivalente a al menos tres meses de gastos fijos.
Es decir, que si sus gastos mensuales rondan los RD$30,000 su fondo de emergencia debe ser de RD$90,000.
Los certificados de depósito son una buena opción para maximizar nuestros ahorros. En el comprador Rexifinanzas puede ver las tasas de retorno que ofrecen las distintas entidades financieras.
En esta etapa debemos ser muy disciplinados, puesto que estos recursos ayudarán a solventar cualquier situación imprevista que se pueda presentar en el futuro sin “lastimar” nuestras finanzas. Una vez establecido el fondo, podemos plantearnos nuevas metas de ahorro, que dependiendo de lo ambiciosas que sean, de nuestras necesidades y de nuestras expectativas, nos permitirán flexibilizar, mantener o incluso reforzar el régimen de ahorro.
Es muy importante, como sugiere Fernández W., ponerle un nombre a nuestros ahorros, es decir, tener metas claras: un auto, un viaje, una vivienda…
“El problema es que a la gente que no tiene las metas definidas se le hace difícil determinar qué es lo importante y cuánto y cómo ahorrar para alcanzar tal objetivo en tal plazo”, expresa el especialista en materia financiera.

¿Y si tengo muchas deudas, cómo puedo ahorrar?

Esta es la pregunta del millón. En caso de que una elevada proporción del ingreso sea al pago de deudas, debe priorizarse el pago de las mismas.
Claro, es recomendable que sea luego de crear un fondo de emergencia, quizás no de tres meses pero al menos de una quincena o un mes.
En la medida en que se vaya reduciendo el nivel de endeudamiento se pagará menos por concepto de intereses y se va haciendo posible ahorrar.
“El abonar al capital de un préstamo es una forma de ahorrar, no solamente porque te vas a ahorrar el gasto financiero,  los intereses de ese préstamo, sino porque en la medida en que debes menos tu patrimonio está aumentando”, explica Fernández W.

La inteligencia artificial en nuestras finanzas personales

La inteligencia artificial en nuestras finanzas personales

by Héctor Díaz | Jul 27, 2018 2:39 pm
Durante nuestra infancia quienes gustamos del género ciencia-ficción hemos visto todo tipo de representaciones de la inteligencia artificial (IA) en libros, historietas y el cine; generalmente como expresiones de un futuro robotizado en el cual el conocimiento y la automatización pasan a ser la norma, para bien o para mal.
En los últimos años, este campo de investigación ha tenido un “boom”, fundamentalmente debido al abaratamiento del costo de la computación en la nube, la disponibilidad de información y la conectividad permanente que permite dicha recolección de datos generales, conocido entre los tecnólogos como “big data”.
Estos factores han permitido avanzar en el uso de ciencia algorítmica en muchos aspectos de nuestra vida diaria.  Hoy en día utilizamos servicios y aplicaciones basados en “Machine Learning” para una diversidad de actividades, como conocer el estado del tiempo, recibir asistencia virtual (Siri, Cortana), conocer la situación del tráfico (Waze, Google Maps), usar redes sociales y servicios de entretenimiento, teniendo en general una interacción mucho más “personalizada” en casi todo lo que hacemos en nuestra vida digital.
Hablamos de una atención más personalizada porque estos algoritmos hacen un levantamiento de nuestras preferencias a partir de la información que le brindemos, consciente o inconscientemente. Por eso Netflix es más adictivo que el Telecable; Amazon parece saber qué debe recomendarnos comprar y Facebook o Instagram nos ofrecen contenido que nos resultan atractivos para aumentar el tiempo que pasamos en la red.
En el caso de los bots en el mundo financiero, en vez de preguntar “¿con quién tengo el gusto de hablar, me puede dar su número de cédula?”, de entrada saludarán con un “buenas tardes sr. Pérez, ¿cómo se siente?” , pudiendo incluso agregar algún comentario basado en la información que tenga el sistema sobre el estado del tiempo, nuestra cumpleaños e, inclusive, sobre los productos que tenemos con ese banco, las ofertas asociadas a esos productos, etc.
En general, en la banca personal, la inteligencia artificial busca automatizar tareas básicas de interacción con las instituciones financieras, intentando mantener una dinámica fluida, que brinde rapidez y exactitud en las informaciones solicitadas y a la vez mantenga ese trato “personalizado” lo más similar posible a la interacción con un representante humano. De esa manera los oficiales en las entidades financieras puedan dedicarse a tareas más complejas y  aportar más tiempo a los clientes en dichos procesos.
En Latinoamérica los podemos notar en la implementación de módulos de atención al cliente totalmente basados en inteligencia artificial desde el año 2016, teniendo un buen nivel de aceptación entre los clientes, en varios países.
Desde el punto de vista del usuario, la IA ha venido a colaborar en la automatización de tareas recurrentes como también a influir en ese factor psicológico tan importante a la hora de tomar decisiones adecuadas o de crear y mantener hábitos saludables en este sentido.
Es por ello que, desde ya, tenemos a disposición una cantidad relativamente importante de aplicaciones y asistentes virtuales que pueden ayudarnos en diferentes aspectos de nuestras finanzas, tales como:
  • Automatización y mejora de nuestros hábitos de consumo
  • Cancelación de suscripciones innecesarias
  • Proyección y presupuesto
  • Análisis y optimización de portafolios de inversión
Si bien la adopción de estas aplicaciones y servicios trae consigo un conjunto de beneficios que nos ayudarán a tomar mejores decisiones, a reforzar en nuestra vida diaria los buenos hábitos y a aislar  un poco el componente emocional que a veces nos hace desviarnos de nuestros objetivos, es también algo a tomar con cuidado. Si no lo vemos como una ayuda para mejorar nosotros mismos y terminamos poniendo en manos de la automatización las que deberían ser nuestras propias decisiones, corremos el riesgo de convertirnos en personas perezosas y alejadas de ese sentido crítico que deberíamos tener en algo tan importante como nuestras finanzas personales.
Si bien al día de hoy esto no representa un peligro, poner ciegamente toda nuestra información financiera en algoritmos que podrían, a futuro, usar esta información para otros fines, es algo que debemos tomar con un granito de sal por el momento.

LA LENGUA DE CANAAN


ASI SE HACE EL COMBUSTIBLE


COMO SE HACEN, LAS SARDINAS ENLATADAS


ASI SE FABRICA EL AZUCAR


viernes, 27 de julio de 2018

¿VOLVERIAS A ELEGIR A TU PAREJA?


TEMPERAMENTOS Por: Pastor Arnaldo Cruz


LA PACIENCIA EN EL MATRIMONIO


ROMPE LOS CICLOS NEGATIVOS EN TU MATRIMONIO

Rompe los ciclos negativos en tu matrimonio

No permitas que el pasado decida tu respuesta en el presente.

por Jenny Shain


En todos los matrimonios hay discusiones y a menudo estas reflejan una discordia más profunda sobre temas subyacentes. La causa de un conflicto puede ser simple. Por ejemplo, Ricardo deja sus medias en el piso, a pesar de que Sara le pidió en repetidas oportunidades que no lo hiciera. Sin embargo, gran parte del conflicto es lo que la situación significa para Sara. Esto se conoce como el principio 90/10: el 10% del problema está en el momento presente, mientras que el 90% está basado en asociaciones y experiencias del pasado. Esas medias son el detonador.
Considera estos dos ejemplos:
El 10% del problema está en el momento presente, mientras que el 90% está basado en asociaciones y experiencias del pasado.
Jorge mira su teléfono mientras Raquel le habla; ella se enoja y se va. Los comentarios críticos y agudos de Raquel hacen que Jorge se sienta débil e impotente, por lo que se queda en el trabajo hasta más tarde. Si bien a muchas mujeres les molesta cuando la atención de sus maridos está en otro lado, para Raquel es particularmente doloroso porque le faltó una conexión emocional con su madre y ella nunca estaba disponible para escucharla. Jorge se ve muy afectado por el criticismo de Raquel porque su propia madre era controladora y dominante.
Abi nunca lleva a término las cosas prácticas que se compromete a hacer, algo que enerva a Simón. Él se siente solo y decepcionado, se vuelve distante y todo el tiempo suspira. Esto provoca que Abi se sienta resentida y abatida. El padre de Simón era amable pero poco fiable; el comportamiento de Abi hace que Simón se sienta inseguro y ansioso. Ella viene de una familia donde las emociones no se expresaban con claridad, por lo que el suspiro de Simón le resulta amenazador. Las respuestas de Abi y Simón son amplificadas por sus experiencias previas en otras relaciones.
Toda relación tiene sus ciclos negativos y sus puntos delicados en los que los cónyuges se hieren mutuamente. En estos ejemplos y en muchas otras parejas con las que he trabajado, los paralelos entre las dificultades presentes y las dinámicas pasadas son extremadamente obvios.
¿Qué hay detrás de esta dinámica? ¿Por qué no elegimos una respuesta más efectiva y actual?
De acuerdo con la teoría de relación Imago, elegimos inconscientemente el mismo tipo de relación conflictiva porque nos resulta familiar, pero también porque buscamos resolver el problema original. Sólo podemos lograrlo al encontrarnos nuevamente en la misma dificultad y hallar la forma de solucionarla, transformando la relación que nos lastima en una relación sana.
Entonces, ¿cómo se quiebra este ciclo negativo? He aquí algunas ideas, corriendo el riesgo de simplificar demasiado.
Trata de identificar o concientizarte de tu propia sensibilidad y de su origen. De esta forma, asumirás la responsabilidad por tu parte del problema y no la pondrás por completo en tu pareja, aunque la dificultad exista también en la relación.
Observa de qué manera tu comportamiento o respuesta alimenta el ciclo negativo.
Considera al ciclo como teniendo su propia historia de vida. Esto reducirá la culpa.
Trata de alejarte del ciclo de quién lo comenzó. En realidad no importa quién fue y, por lo general, es una historia de huevo/gallina.
Trata de ver el problema en términos menos globales o radicales (no es todo o nada).
Trata de discutir el asunto de una manera menos emocional y acusadora. Intenta ganar cierta perspectiva sobre el problema, incluyendo tu parte en él en lugar de atacar a tu pareja.
Recuerda que tu pareja tiene su propia realidad emocional, que también es válida incluso si es diferente a la tuya.
Puede que no lleguen a un acuerdo absoluto, pero puedes intentar tener un interés genuino en la experiencia de tu pareja.
Aférrate a tu propia verdad, incluso si tu pareja trata de invalidarla.
En lugar de tratar de tener razón, trata de compartir, escuchar y entender. Considérense como dos partes de un todo que pueden complementarse y trabajar en conjunto, en lugar de que uno de los dos tenga que tener razón.
En ocasiones se necesita ayuda profesional para lograr identificar el ciclo negativo y comprender cuáles actos, pensamientos y palabras provocan ciertas respuestas. ¡Esta puede ser una experiencia intricada, fascinante y potencialmente muy satisfactoria!
Que tengamos el mérito de crecer constantemente en el entendimiento de nosotros mismos y de nuestras parejas, y que creemos relaciones más cercanas.

MATRIMONIO: ¿AMOR O NEGOCIO?

Matrimonio: ¿Amor o negocio?

¿Estás convirtiendo involuntariamente tu matrimonio en una sociedad de negocios?

por 


El matrimonio no es una sociedad de negocios. Ya sé, ya sé, has escuchado esta idea antes. No se aplica a ti porque tú y tu pareja son diferentes. Ustedes discuten técnicas de educación, están de acuerdo en asuntos de dinero e incluso tienen una noche de citas programada regularmente. Ustedes ciertamente no son una de esas parejas que caen en la trampa de tratar al matrimonio como una relación de negocios.
¿O sí lo son? Hay formas de hacer esto que son menos obvias y más insidiosas que la forma estándar. Me refiero a cuál es tu patrón de dar y recibir.
¿Le estás dando a tu pareja porque la amas y quieres darle placer? ¿O tienes una agenda? ¿Hay algo que quieres o que esperas en retribución? ¿Hay un quid pro quo en su relación? ¿Estás llevando la cuenta?
Si respondiste afirmativamente a la primera pregunta, entonces puedes dejar de leer ahora. Pero si tu respuesta fue "no" o "a veces" a la primera interrogante y "sí" o "a veces" a alguna de las restantes, entonces tenemos algo que discutir.
Una relación en donde damos para recibir, en donde damos con expectativas o con ataduras, puede que no siempre sea una relación de negocios, pero ha sido influenciada por la mentalidad y actitudes del mundo de negocios. Y ciertamente no es un matrimonio en su forma más ideal, es decir, no te llevará a una relación profunda y duradera.
No puedes llevar cuentas en el matrimonio.
En el matrimonio no puedes llevar cuentas. "Me desperté cinco veces anoche". "Yo fui a la tintorería tres veces el mes pasado". "Preparé la cena todas las noches la semana pasada". Este tipo de negociación es más parecido a una negociación de la bolsa de negocios que a una relación amorosa y preocupada.
Cuando el Talmud nos dice que "si tratas a tu esposo como un rey, él te tratará como una reina", no está describiendo un contrato recíproco, sino que está detallando las consecuencias naturales de comportarse de una forma generosa y respetuosa.
No sólo tenemos que darle a nuestra pareja sin expectativas o condiciones, sino que además debemos hacerlo con calidez y entusiasmo. Tenemos que hacerlo de forma exuberante y de todo corazón; tenemos que hacerlo con amor.
Hay una percepción común de que “el amor no es suficiente para ayudar a una pareja a atravesar los desafíos de la vida”. Eso claramente es cierto si estamos hablando de amor romántico, encaprichamiento, estrellas y campanas.
Pero un amor real, profundo y duradero, del tipo que está basado en compromiso y donde el amante se preocupa más por el bienestar de su pareja que por el bienestar propio, ese es amor que durará. Es mucho más difícil que una sociedad de negocios. No puedes dejar el trabajo en la oficina, es 24/7. Es entrega y preocupación constante, es intentar hacer lo que es mejor para la otra persona, es poner al otro primero.
El Talmud también nos enseña que "un hombre no muere sino para su esposa". Esa es la relación más significativa en la vida de cualquier persona. Todos los demás siguen adelante; la pérdida más profunda es la de la pareja, tu compañero/a de vida que comparte tus esperanzas y sueños, metas y aspiraciones.
Esto refleja cómo debería ser también en vida. No tenemos que esperar hasta que ocurra una tragedia, Dios no lo quiera, para reconocer esto. Queremos trabajar en nuestros matrimonios ahora y tratar a nuestra pareja con la preocupación que merece. Queremos apreciar a nuestra pareja y a la relación ahora, y no sólo después de la pérdida (acabo de llegar de un funeral de una madre de 44 años, así que esto se siente particularmente oportuno).
El Talmud nos enseña sobre la importancia del matrimonio y lo especial de la relación de pareja. Pero no dice ni una palabra sobre la muerte de un socio de negocios.

INTENSIFICANDO EL AMOR EN LA PAREJA

Intensificando el Amor en la Pareja

¿Mantienes un registro secreto acerca de quién hace qué en tu matrimonio? Aquí hay algunos consejos prácticos para "dar" de manera incondicional e intensificar tu amor.


    por 


Algunas personas dicen que el matrimonio es dar y recibir; y algunos dicen que es 50 y 50. Pero el pensamiento judío tiene una diferente perspectiva: ¡El matrimonio es 100 y 100! El judaísmo dice que el matrimonio es dar y dar y dar... sin hacer cuentas.
La clave para amar es dar. No es la clave para ser amado sino para amar. ¿Por qué los padres sienten un amor mucho más profundo por sus hijos, de lo que sus hijos sienten por ellos? Porque ellos le han dado a sus hijos mucho más y por mucho más tiempo de lo que sus hijos le han dado a ellos.
Creemos que amamos a las personas que nos dan, pero en realidad es al revés, pues eso es sólo amor propio. Verdaderamente, amamos a las personas a quienes les damos.
Creemos que amamos a las personas que nos dan, pero en realidad es al revés. Verdaderamente amamos a las personas a quienes les damos.
El rabino que nos casó a mí y a mi esposo, Rab Moshé Aharón Stern zt"l, nos contó una historia: Cuando él era pequeño y asistía a la Ieshivá, un día estaba en la cena devorándose la comida cuando su maestro se acercó y le dijo: "Moshé, amas el pescado". Mientras masticaba, él movió la cabeza afirmativamente. "¡Incorrecto!", lo corrigió su maestro. "No amas al pescado, la verdad es que te amas a ti mismo, porque si de verdad amaras al pescado no te lo estarías comiendo; eso es sólo un placer egoísta".
Recibir no lleva a amar. Recibir lleva a un sentimiento de deuda. Dar lleva a amar.
Dar Nos Lleva a Ser Solidarios
Este punto está confirmado por la psicología moderna. Los terapeutas te dirán que cuando damos tenemos que racionalizar y encontrar una justificación para hacer el esfuerzo. Consecuentemente veremos con mayor importancia a la persona a la que le estamos dando y nos sentiremos mejor a causa de nuestras acciones. Por lo tanto el dar nos lleva a que la otra persona nos importe.
El dar no tiene que ser voluminoso, ni tiene que ser en gran escala. No requiere ni mucho dinero ni muchas horas, ¡pero seguro abrirá nuestros corazones!
Gustavo y Paola se iban a casar. Un amigo de Gustavo iba a venir a la ciudad para la boda y necesitaba un lugar para quedarse. Gustavo le pidió a unos conocidos suyos, los Goldberg, si podían hospedar a su amigo. Ellos dijeron que sí e indirectamente se ofrecieron para ayudar en los arreglos de la boda. A través de este pequeño acto de "dar", ellos se sintieron inmediatamente más cercanos a la novia y a su familia, hasta tal punto que organizaron una comida antes del evento y establecieron una relación duradera con la pareja recién casada.
Inclusive el hecho de sonreírle a alguien crea un mayor sentimiento de conexión. Como dicen nuestros Sabios en Pirkei Avot: "Recibe a todos con una sonrisa en la cara".
Una vez que apreciamos la diferencia que causa el acto de dar, podemos empezar a entender el potencial y la importancia que esto tiene en el matrimonio.
Dale a tu pareja y haz la cuenta al final del día: "¿Le di a mi pareja al menos cinco cosas el día de hoy? ¿Le sonreí al final del día cuando entró a la casa? ¿Le cociné su comida favorita? ¿Le preparé la cena con cariño? ¿Recogí la ropa de la secadora? ¿Saqué la basura?
Estos no son trabajos catastróficos; no requieren de un esfuerzo grande ni de un desembolso considerable; pero pueden cambiar tu mundo, y si cambias tu mundo, podrás influenciar a los que te rodean también.
Existe una cantidad infinita de maneras de "dar" en el matrimonio, y en las relaciones interpersonales en general.
Existe una cantidad infinita de maneras de "dar" en el matrimonio, y en las relaciones interpersonales en general. Una es expresar apreciación, no tomar nada por sentado. Lo que tu pareja haga por ti, ¡agradéceselo! Tal vez sientas que es su obligación, tal vez sientas que es lo esperado, pero sé agradecido de todos modos.
No Tomes Nada Por Sentado
Lea y Javier llevaban unos cuantos meses de casados y estaban decepcionados de la frialdad en su relación. Después de un análisis se descubrió que Javier nunca le agradecía a Lea las cenas que cocinaba: "Ella está todo el día en la casa; ¡es su trabajo! ¡Ella aceptó hacerlo!". Por su lado, Lea nunca le agradecía a Javier por trabajar tan duro para pagar las cuentas: "¡Eso es lo que él tiene que hacer! ¿Cómo sobreviviríamos si no fuera así?". Su terapeuta les aconsejó que comenzaran intercambiando una palabra de elogio diariamente. Esto los llevó a decirse dos palabras, después tres, hasta que perdieron la cuenta, y el amor y el cariño comenzaron a florecer.
Toda la gente necesita ser apreciada, y más aún tu pareja.
Toda la gente necesita ser apreciada, y más aún tu pareja, especialmente si está actuando para tu beneficio.
Cuando elogiamos el dibujo que hizo un niño, no debemos decir "es precioso", sino que debemos identificar y señalar diferentes aspectos del mismo: "Me gustan los colores que has utilizado; en especial el rojo. El sol se ve tan cálido. ¡Se ve que trabajaste duro en el dibujo!".
Aunque tratemos de aparentar, los adultos no somos diferentes. Nos gusta el elogio y cuanto más grande y detallado sea, mejor:
  • "El postre estaba realmente espectacular. Se veía muy bien y estaba exquisito. Te debió haber llevado mucho tiempo su preparación".
  • "Me gustó la forma en la que presentaste esa idea. Fue tan clara y fácil de seguir".
  • "Gracias por hacerme ese mandado. Me ahorraste mucho tiempo".
  • "Javier llamó para decir que realmente lo ayudaste mucho a él y a Lea en su matrimonio. Dijeron que tienes mucha perspicacia y sentido humano, y les dije que concuerdo con ellos".
Al final de cuentas nunca llegarás a ser demasiado apreciativo.
Empatía
Otro aspecto importante de dar es la empatía. Tú y tu pareja reaccionan de diferentes maneras frente a las situaciones que se presentan; cada uno ve la situación de distinta manera. Pero trata de entender la reacción de tu cónyuge y cómo se siente ante cada situación. Eso te llevará a sentir una mayor intimidad.
Raquel quería remodelar su cocina y Esteban estaba empezando un nuevo negocio. Raquel creía que a Esteban no le importaba lo que ella sentía al ver la pintura gastada, los cajones caídos, al tener todos los utensilios en una alacena pequeña que en cualquier momento se le vendría encima. Esteban estaba frustrado porque Raquel no entendía la terrible presión financiera que él estaba experimentando, y cuán ansioso estaba de que la nueva empresa tuviera éxito.
Ambos tienen razón. Ninguno de los dos entiende al otro y eso provoca que los sentimientos de dolor y resentimiento aparezcan. Sin embargo, en un diálogo abierto, cada parte debería entender y tener empatía por la otra, abriendo así el camino para un acuerdo.
Mientras más entrenados estemos respecto de la empatía, más significativo será nuestro acto de dar, y por ende, más grande será la cercanía.
Para poder construir una verdadera relación unificada, debemos tratar de ponernos en los zapatos de nuestra pareja. ¿Cómo se ve el mundo desde su perspectiva? Mientras más entrenados estemos respecto de la empatía, más significativo será nuestro acto de dar, y por ende, más grande será la cercanía.
Hay una historia muy famosa contada sobre el gran sabio, el Jafetz Jaim: Un día él estaba recolectando dinero para una escuela que necesitaba un horno. Una noche de frío intenso, él fue a la casa de un adinerado filántropo. El señor encontró al Jafetz Jaim en la puerta y lo invitó a pasar. Pero el Jafetz Jaim no quiso entrar hasta obtener una donación importante, pues tenía miedo de que en el calor del hogar, la empatía del filántropo por el frío de los estudiantes fuera mínima. Pero estando de pie en el frío de afuera...
Debemos tratar de pararnos en la entrada congelada de la puerta de nuestras parejas y hacer un esfuerzo grande para trabajar nuestra empatía y nuestra apreciación. Si dedicamos nuestras energías para "dar" a nuestro cónyuge, vamos a experimentar un gran placer y vamos a intensificar un amor que no puede ser descubierto de otra manera.